Durante la revolución, hubo estados en los que no ocurría
gran cosa, a diferencia de otros en los que las escuelas primarias y las
normales, fueron sometidas a presiones por conflictos políticos que terminaron
por cerrarlas por meses e incluso años.
Los maestros participaron en el movimiento armado al
igual que los demás trabajadores públicos,
algunos maestros trabajan sin
importar para quien lo hacían, otros fueron víctimas de las políticas que se
presentaban, sufriendo el detenimiento de sus sueldos de forma temporal o
indefinida, según por haber favorecido al enemigo. Ósea que los maestros
tuvieron problemas por pertenecer o no a algún grupo político.
En 1917 se suprime la SIPBA (Secretaria de Instrucción
Pública y Bellas Artes) y las escuelas primarias se cambian a los
ayuntamientos, también se acaba con la huelga de maestros del Distrito Federal
en 1919, donde pedían sueldos y la reinstalación.
Un cambio notable durante la revolución fue la
uniformidad, que pretendía construir un sistema nacional de educación primaria
moderno con elementos comunes y de orientación igual en todo el país. Se
buscaba también ordenar los planes y programas de estudio de la enseñanza
normal, comprometiéndola más con el pueblo y la revolución, ubicándola más hacia
el campo, las regiones y las actividades agrícolas e industriales.
Se crearon escuelas normales donde introdujeron cursos
técnicos y de carácter práctico y como economía política, trataron de que la enseñanza
fuera mixta. Hubo profesores normalistas titulados y no normalistas, algunos
titulados por los gobiernos de los estados y otros por los ayuntamientos y
otros más sin título hubo enfrentamientos entre maestros por venir de distintas regiones y/o normales,
también discutían por la organización de planes, programas, métodos de
enseñanza y aprendizaje y por los libros de texto.
Parte de estas
discusiones se viven en la actualidad, ya que siempre han existido y existirán
personas que quieren tener el poder en sus manos, aunque no sea real el interés
que pretenden tener hacia estas problemáticas.
El éxodo de maestros que emigraron de los estados a la
capital, en busca de un bienestar profesional o siguiendo a los líderes
revolucionarios, otros por los conflictos y violencia que existían en los lugares
de origen.
Las escuelas normales transmitieron y reprodujeron los
valores del orden y fueron transmisoras de los valores del cambio. Se dice que
también fueron nido de conservadores y cuna de revolucionarios.
La política del
magisterio estaba dividida en 4 sentidos:
• Mayor intervención directa del profesorado para
designar autoridades.
• Mayor participación del profesorado para decidir
políticas educativas y pedagógicas.
• Mayor participación del magisterio en la vida política
nacional.
• Penetración visible y directa de la política.
La gran mayoría de los maestros participaron en la
revolución, por venir de clases medias y bajas provincias, se incorporaron con
mayor facilidad a los discursos revolucionarios, ya que los universitarios no
querían ubicarse en ninguna categoría sociopolítica. El magisterio estaba
comprometido con las causas del pueblo. Se trataba del grupo profesional más
numeroso y con la más extensa distribución geográfica. Los maestros se
vinculaban y trabajaban para los jefes revolucionarios como docentes,
militares, escribanos, asesores, publicistas, propagandistas, etc.
Los universitarios y normalistas no se llevaban muy bien,
puesto que los normalistas querían que los reconocieran igual que a los
universitarios, pero al mismo tiempo querían ser distintos, trataban de formar
su propia identidad.
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